A partir del 1 de diciembre de 2024, Australia se convirtió en el primer país del mundo en exigir una licencia especial para conducir vehículos de alto rendimiento, conocidos como “superautos”. Esta normativa responde a la creciente preocupación por los accidentes graves relacionados con estos automóviles, caracterizados por su gran potencia y velocidad. La nueva licencia de clase U buscará preparar a los conductores mediante capacitación específica y endurecer las sanciones para quienes infrinjan las reglas.
La medida fue motivada por un aumento en los incidentes de tráfico relacionados con superautos en Australia. Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en 2019, cuando Sophia Naismith, una joven de 15 años, murió tras ser atropellada por un Lamborghini Huracán conducido de manera imprudente. El vehículo circulaba con el modo deportivo activado y sin el control de estabilidad, a pesar de que los neumáticos no eran aptos para el clima frío de Adelaida.
Este caso evidenció los riesgos de manejar vehículos ultra potentes sin la preparación adecuada. En respuesta, el gobierno australiano anunció la creación de una licencia especial que combina formación teórica y restricciones legales estrictas para evitar accidentes similares en el futuro.
Los vehículos afectados por la normativa son definidos como Ultra High-Powered Vehicles (UHPV), aquellos con una relación potencia-peso superior a 370 caballos de fuerza por tonelada o 276 kW/tonelada, con un peso máximo de 4.500 kilogramos.
Ejemplos de modelos que se incluyen en esta categoría son los Lamborghini Huracán, Ferrari, Bugatti y Porsche. Por el contrario, autos como el BMW M3, cuya relación potencia-peso es de 297 Hp por tonelada, quedan fuera de la regulación. En total, se estima que alrededor de 200 modelos de superautos comercializados en Australia estarán sujetos a esta nueva normativa.
Los conductores interesados en manejar un superauto deberán cumplir estrictos requisitos para obtener la licencia de clase U, que será obligatoria desde diciembre de 2024. Los pasos incluyen:
- Licencia Previa: los solicitantes deberán tener una licencia estándar vigente por al menos tres años.
- Curso en Línea: será obligatorio completar un curso en línea diseñado para capacitar sobre los riesgos específicos de conducir superautos.
- Conocimientos Técnicos: el curso incluirá formación sobre los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), como control de estabilidad, frenado automático y tracción.
Una vez completado el curso, los conductores actuales de superautos deberán actualizar su licencia para seguir manejando sus vehículos.
La normativa también endurece las sanciones por desactivar los sistemas de seguridad de los vehículos. Funciones esenciales como el control de tracción, el control de estabilidad y el frenado automático deben permanecer activas cuando se conduce en vías públicas.
Quienes desactiven estos sistemas se enfrentarán a multas de hasta 5.000 dólares australianos. En casos de accidentes graves causados por esta negligencia, las penas podrían incluir hasta siete años de prisión, significativamente más que el límite actual de 12 meses.
Este enfoque se justifica por el riesgo extremo que representan estos autos cuando se conducen sin las asistencias electrónicas adecuadas, especialmente en condiciones adversas o por conductores sin experiencia suficiente.
El trágico accidente que cobró la vida de Sophia Naismith marcó un punto de inflexión en la política de seguridad vial australiana. El conductor involucrado, Alexander Campbell, fue declarado culpable de conducción peligrosa y recibió una sentencia de cinco meses de prisión.
Durante el juicio, se reveló que el Lamborghini Huracán estaba configurado en modo deportivo, con el control de estabilidad desactivado y neumáticos inadecuados para el clima frío. Este incidente resaltó la necesidad urgente de leyes más estrictas y formación específica para quienes manejan estos vehículos de alto rendimiento.
Si la normativa demuestra ser efectiva, otras naciones podrían considerar regulaciones similares para mejorar la seguridad vial. Además, esta medida podría influir en la industria automovilística, especialmente en los fabricantes de vehículos de alto rendimiento. Se espera que las marcas adapten sus estrategias comerciales para cumplir con las nuevas regulaciones y evitar restricciones de venta en Australia.
Finalmente, esta normativa abre un debate global sobre la regulación de vehículos cada vez más potentes y tecnológicos, cuyos riesgos potenciales requieren políticas públicas adaptadas a la realidad del mercado automotriz contemporáneo.