“Me pregunté si iba a estar a la altura de trabajar con actores de esta sabiduría, oficio y carrera, pero la experiencia fue gratificante. Comprobé que todos los actores somos indefensos cuando empezamos a probar sobre el escenario”, dice Héctor Díaz, director de “Quién es quién”, que reúne por primera vez en tetro a Soledad Silveyra y Luis Brandoni. La obra de la autora francesa Audrey Schebat gira en torno a pareja moderna atrapada en la rutina que ante la espera de una pareja de amigos a cenar, se embarca en un torrente de situaciones hilarantes y reflexiones profundas sobre el amor, la comunicación y la búsqueda de la felicidad.
Conversamos con el prolífico Díaz, quien encara una temporada de “Antígona en el baño” en Mar del Plata donde actúa con Verónica Llinás y Darío Lopilato en tanto reestrena como director “Ahora después”, con Fede Ottone, en El Picadero. “Quién es quien” debuta en el Teatro Liceo el 8 de enero.
hector diaz.jpg
Periodista: ¿Cómo fueron los ensayos con Solita y Beto, cómo es dirigirlos, más fácil o más difícil que a actores que dan sus primeros pasos?
Héctor Díaz: Es una experiencia gratificante porque tenía un prejuicio positivo, que hacía que me preguntara si iba a poder estar a la altura de encararlos, con toda su sabiduría, su oficio, su carrera. Si iba a poder manejar el vínculo con ellos por fuera y ecualizar el vínculo entre ellos, humano y como actores. Comprobé que todos los actores, no importa las edades y carreras, somos indefensos y eso se observa en cualquiera cuando se empiezan a probar cosas. Ellos esperaban de mi que viniera con propuestas, no es mi estilo, pero tuve que desacralizar el lugar de director al que ellos estaban acostumbrados. Me gusta trabajar con lo que sucede en ensayos más allá del papel. Una vez que aclaré que no iba a ir con nada resuelto, que trabajamos a la vez y a la par, todo fue de mucho aprendizaje.
P.: ¿Qué tiene esta obra de diferente a otras sobre parejas atrapadas en la rutina?
H.D.: Habla sobre los vínculos, una pareja establecida de mucho tiempo, no es un racconto de como se dieron las cosas como en “Escenas de la vida conyugal”, tampoco es como la de Mercedes e Imanol donde deciden hablar unas cosas y callar otras, sino que aquí, a partir de una situación fortuita, se asume el rol de tirarse a la pileta y embarrarse las manos. En el recorrido nos damos cuenta que esa aparente solidez en que la pareja se refugia no es tan así. Estamos expuestos a que un pequeño viento tire por el aire el castillo de naipes que construimos y creemos es de hierro. Se pone en jaque, sin que el otro personaje entienda que está pasando. La obra pone sobre la mesa que como vienen no funcionan y tomarán decisiones drásticas. Esta pareja se precipitó un poco en tratar ciertos temas, ¿cómo se vuelve? Quizá no se vuelva.
P.: La pareja espera a amigos a cenar, me recuerda a “Los amigos de ellos dos”, donde actuaste en la obra de Daniel Veronese y Matías del Federico.
H.D.: Lo único que comparten es que esperan a amigos a cenar pero muy rápidamente se devela en esta obra qué ocurrió y en la otra se alarga un poco, el amigo había sufrido un robo y la mujer estaba inhallable, pero no hay mucho más que eso en común.
P.: La obra habla del amor, la comunicación, la búsqueda de la felicidad, y que hay un toque de locura, ¿qué otros temas aparecen?
H.D.: La fragilidad, la suposición de que somos íntegros, diseñados para vivir y muchas veces se acumulan las fallas. Como un auto que uno no hace mantenimiento en el mecánico, a veces pasamos los service de lado en lo vincular. Están las nuevas etapas y desafíos cuando creemos que ya no hay más tiempo, pero siempre se puede escribir una pagina nueva. Hay algo de aferrarse a ciertas estructuras, por confort afectivo, y tal vez se pierde de vista que hay un espíritu aventurero en contraste con uno más conservador.
P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura?
H.D.: Al teatro lo veo con salud muy fuerte, entero, hay avidez del público por ir a ver, no hay con qué darle, más allá de los contextos, y lo comprobé luego de las giras de “Antígona en el baño” por el país. Siempre ha sido más o menos favorecido pero siempre amenazado por las circunstancias. Siempre hay otras prioridades con salud, alimentación, pobreza, y en ese sentido, frente a cualquier estado, pareciera que quienes estamos metidos en cultura tenemos actitud positiva, tiramos para adelante, hay gente creativa y estamos acostumbrados a crear así, en eso estamos.