Berlín, 11 ene (EFE).- El canciller alemán, Olaf Scholz, fue elegido formalmente este sábado como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones anticipadas del próximo 23 de febrero, tras pronunciar un alegato contra la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y contra el bloque democristiano (CDU-CSU), segunda y primera fuerza en las encuestas respectivamente.
Los 600 delegados que participaban en el congreso socialdemócrata en Berlín aclamaron a Scholz por abrumadora mayoría, con solo cinco votos en contra.
Poco antes, Scholz, cuyo partido ronda el 15 % en los sondeos, había comenzado su intervención con una advertencia sobre la situación en Austria, donde la ultraderecha ha recibido el encargo de formar gobierno después de que fracasasen las conversaciones entre el resto de partidos.
«Esto es desolador, no podemos tomar nota sin más», afirmó Scholz, apuntando implícitamente al peligro de que el favorito de las encuestas, el democristiano Friedrich Merz, pudiera romper su promesa de no cooperar con la AfD, en vista de que no tendrá previsiblemente mayoría absoluta para gobernar.
«Hay fuerzas que recurren a incitar y dividir como modelo político», dijo, en alusión a AfD, y recalcó que sin embargo, «la mayoría de Alemania lo sabe» y apoya por ello a las fuerzas democráticas.
Scholz habló de un mundo en el que la situación es «malditamente seria», a causa de la guerra de Ucrania, el ascenso del populismo y el nacionalismo de derecha y también la incertidumbre sobre las relaciones con Estados Unidos tras la toma de posesión de Donald Trump.
«Alemania está en la encrucijada. Si el 23 de febrero tomamos la salida que no es, nos despertaremos en otro país», aseguró.
Scholz acusó a su principal rival, el conservador Merz, de querer aplicar «viejas recetas» y hacer política «sobre las espaldas» de la gente, con un programa austero que supondrá, según dijo, recortes en la sanidad y pondrá en riesgo las pensiones.
Mientras que la SPD quiere bajar los impuestos a las personas de bajos ingresos y reducir el IVA de los alimentos, los democristianos pretenden ofrecer alivio fiscal precisamente al 10 % de los ciudadanos más acomodados, aseguró el candidato socialdemócrata.
Sin embargo, no es posible lograr un buen futuro con «ventajas fiscales para millonarios», aseguró.
Scholz delineó posteriormente el programa de su partido, con propuestas para relanzar la economía como realizar inversiones masivas en infraestructura y energías renovables e incentivar las inversiones privadas en el país con un bono ‘Made in Germany’, todo ello financiado gracias a un ablandamiento del freno de la deuda.
Además, prometió conservar los puestos de trabajo en riesgo por la maltrecha coyuntura económica, subir el salario mínimo a 15 euros y estabilizar las pensiones, entre otras medidas sociales.
En el plano internacional, Scholz reiteró su política de apoyo a Ucrania, prometiendo una vez más «mantener la sangre fría» y actuar con moderación para no provocar una escalada del conflicto, y recordó tras las recientes declaraciones del presidente electo estadounidense, Donald Trump, sobre Groenlandia, que el principio de inviolabilidad de fronteras «está vigente para todos».
El canciller, cuya popularidad se desplomó durante sus tres años de legislatura, lo que hizo que durante un tiempo se barajase que su partido eligiese a otro candidato de cara a las elecciones, también tuvo un momento para la autocrítica.
«Quizá tenía que haber puesto final antes a la coalición», admitió Scholz, que en noviembre expulsó del tripartito a los liberales, lo que precipitó la convocatoria de elecciones anticipadas.
El canciller afirmó que pese a las disputas internas había intentado mantener unida la coalición con verdes y liberales por «responsabilidad», pero reconoció que «la unidad no se puede imponer por dictado».
Según una encuesta de INSA para Bild publicada este sábado, el SPD de Scholz obtendría solo el 16 % de los votos, por detrás del bloque conservador de CDU-CSU, que pierde un punto hasta el 30 %, y de la AfD, que gana dos puntos hasta el 22 %, y delante de los Verdes que se mantendrían en el 13 %.