El Banco Central de la República Argentina (BCRA) está ultimando los detalles para poner en marcha un sistema que permita efectuar pagos en dólares mediante tarjetas de débito dentro del mercado local.
Esta propuesta tiene como objetivo impulsar la economía aprovechando los 22.165 millones de dólares provenientes del reciente blanqueo y promoviendo una transición hacia un esquema de libre competencia de moneda, en donde los argentinos podrán elegir que divisa utilizar en sus transacciones, tal como lo prometió el presidente Javier Milei en campaña. La normativa será aprobada en los próximos días y entrará en vigor a partir de febrero.
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Según fuentes del ámbito financiero, los pagos en dólares se realizarán directamente desde las cuentas denominadas en esa moneda, sin necesidad de convertir los montos a pesos. Los precios de bienes y servicios que puedan ser abonados en dólares deberán ser exhibidos en esa moneda, lo que evitará complicaciones relacionadas con las restricciones cambiarias y facilitará las transacciones.
La implementación también requerirá la actualización de normativas vigentes, como la resolución de la Secretaría de Comercio del año 2002, que establece la obligación de mostrar los precios en pesos como principal referencia y en dólares en formato secundario. Con esta modificación, los precios podrán ser presentados en ambas monedas en igualdad de condiciones.
Por otro lado, las tarjetas de débito que permitan operar en dólares deberán estar vinculadas a cuentas en esa moneda. Las cuentas CERA, creadas específicamente para el proceso de blanqueo, no estarán habilitadas para realizar este tipo de operaciones, por lo que los usuarios tendrán que transferir fondos desde estas cuentas hacia cajas de ahorro en dólares tradicionales.
La libre competencia de monedas
El uso de tarjetas de débito para realizar pagos en dólares enfrenta un desafío clave: competir directamente con el financiamiento en pesos. En sectores como tecnología, automóviles y electrodomésticos, los planes de cuotas en pesos continúan siendo una alternativa muy atractiva para los consumidores.
Según datos proporcionados por Frávega, más del 70% de las ventas en sus locales se realizan con tarjeta de crédito y mediante planes de cuotas. Este panorama sugiere que, al menos inicialmente, los pagos en dólares podrían no ser la primera opción elegida por los compradores.
En este contexto, es probable que muchos consumidores prefieran mantener sus ahorros en dólares dentro de cuentas de ahorro y financiar sus compras en cuotas en pesos. De esta manera, pueden aprovechar promociones especiales y, cuando sea conveniente, vender sus dólares en el mercado oficial o paralelo para afrontar los pagos de las cuotas.
Sectores como la construcción, los electrodomésticos y la tecnología están liderando la preparación para implementar esta nueva modalidad de pago. Varias empresas ya aceptan dólares en efectivo como parte de sus operaciones y consideran que las tarjetas simplificarán aún más las transacciones una vez que el sistema entre en funcionamiento.
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En el rubro de electrodomésticos, se está trabajando en las adecuaciones técnicas necesarias para incorporar esta opción, mientras que algunas empresas analizan cómo adaptarla a su modelo de negocio, que hoy se basa principalmente en el financiamiento en cuotas.
El sector de materiales de construcción también ve con buenos ojos esta iniciativa, valorando los pagos en dólares como una alternativa complementaria a las transacciones actuales en pesos.
En el ámbito automotriz, se evalúa la posibilidad de formalizar los pagos en dólares, ya que muchas operaciones en esta moneda se realizan de forma informal. La regularización de este esquema podría brindar mayor transparencia y seguridad a estas transacciones.
El BCRA prevé que la implementación del sistema será gradual y comenzará en febrero. Tanto las empresas emisoras de tarjetas como los adquirentes de terminales de pago (POS) han asegurado estar preparadas para iniciar una vez que se publique la normativa. Sin embargo, prefieren garantizar primero una participación considerable de los comercios.
Paralelamente, el Gobierno de Milei busca promover el uso de los 22.000 millones de dólares provenientes del blanqueo, así como de los aproximadamente 230.000 millones de dólares que se encuentran fuera del sistema bancario, con el objetivo de estimular el consumo e impulsar la actividad económica.