De Argentina a El Corte Inglés: el emprendimiento que revaloriza el trabajo artesanal y es un éxito en Madrid

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En su carrera se escriben nombres reconocidos como L’Oreal, Michael Kors, Natura o Prüne, pero fue lejos de las grandes capitales y el brillo del marketing que la argentina Dolores Guerrico encontró su propia inspiración. Fue en distintas regiones del interior de Colombia, donde las artesanas locales empezaron a trabajar un oficio casi en extinción: el hilo de cobre tejido al crochet. Allí nació Cōper, un emprendimiento al que con apenas un año de vida ya se le abrieron las puertas para vender sus productos en El Corte Inglés de Madrid.

Las fotos no le hacen justicia: las carteras hechas con hilo de cobre brillan, relucen al sol como joyas. Y la verdad es que de alguna forma lo son. Cada una implica un proceso único con una producción lenta, en la que impacta desde el clima hasta el estado de ánimo de la artesana.

La materia prima que diferencia a estas creaciones: el hilo de cobre, que muy pocas artesanas saben tejer al crochet.

“Cada grupo trabaja en diferentes referencias, como los aros hechos con palma de Iraca o los tote bags hechos con algodón en las comunidades wayuu, y cada pieza tarda entre 7 y 15 días”, relata Dolores. La creación es minuciosa y deviene de un conocimiento transmitido de generación en generación en el que son las mujeres las que traen el pan a la casa. En estas sociedades matriarcales en ocasiones ni siquiera se habla español. Así sucede con las wayuu, con quienes Dolores se comunica mediante una intermediaria. “Ella les entrega el algodón para que lo lleven a las rancherías, las montañas, y cuando los bolsos están listos, se los entregan. Pero son zonas súper rurales y precarias, y si llueve mucho se cierran los caminos y es necesario esperar a que descampe”, explica.

Incluso es posible reconocer la mano de quien realizó el trabajo. Con solo ver si el punto está más apretado o suelto, Dolores puede notar el ánimo de la artesana detrás. Es que ni siquiera son tantas las que pueden hacer este trabajo, ya que es un conocimiento cada vez más escaso. “Aunque el gramaje con el que se teje el hilo de cobre es muy fino, sigue siendo duro. Por eso también demora mucho tiempo, porque insume pausas”, describe la emprendedora. Todo esto genera creaciones únicas, donde ninguna es igual a la otra y el trazo de cada mano y cada historia se inscribe en la esencia misma del producto. “Dada la vorágine de consumo en la que vivimos hoy, me atrae especialmente poder trabajar lo artesanal y el slow fashion”, sintetiza Dolores.

Una artesana wayuu de La Guajira muestra su creación, el modelo Irene Bag.

La aventura de crear Cōper nació cuando Dolores y su marido Martín llevaban dos años viviendo en Bogotá, Colombia, por el trabajo de él. Con muchos amigos colombianos e imbuidos de la cultura, formas y tradiciones del país, ella comenzó a empaparse del diseño local. Y así fue como conoció a una artesana que trabajaba con el método crochet el hilo de cobre, y le pareció algo completamente distinto a lo que había visto hasta entonces.

Tras 15 años de trabajar en marketing de moda y cosmética en empresas como L’Oreal, Natura, Michael Kors y Prüne, con un master incluido en la Parsons School of Design, y habiendo creado también su propia agencia de branding en Argentina, entendió que era el momento de iniciar un camino propio y que acababa de encontrar el producto con el cual hacerlo. Tras acomodar el diseño a su estilo más bien minimalista y neutro, comenzó probando si estas carteras le gustaban a sus amigas colombianas y argentinas en la zona, y la respuesta fue positiva. Pero la confirmación llegó con un viaje a Buenos Aires, donde llevó algunos modelos y se dio cuenta del potencial. “Empecé a tomar conciencia de que esto podía tener cierto vuelo”.

La Celia tote bag, el producto que mejor recepción tuvo a ambos lados del océano. La modelo también está usando los aros Orquídea, hechos de palma de Iraca.

Lo bautizó Cōper, como cobre en inglés, pero con una p menos, pensando en que pudiera leerse en ambos idiomas y fuera fácil de recordar y pronunciar. Y aunque comenzó vendiendo carteras tejidas con este hilo de cobre, al poco tiempo también empezó a explorar otros materiales, como la palma que compone los aros o los abanicos o como la lana de oveja que compondrá las ruanas que se lanzarán el próximo invierno.

Hoy el portfolio de la marca incluye éxitos como Iris, una cartera 100% hecha de hilo de cobre, o la Simona, que trenza este material con algodón. “Pero el producto que mejor recepción tuvo fue la Celia tote bag, que es cómoda para todas, tanto para la que va a la oficina y lleva la laptop como para la que viaja o va a la playa con sus bártulos”, describe Dolores. Además, ofrecen aros, collares, sombreros, brazaletes y abanicos.

El alma mater detrás del proyecto, la argentina Dolores Guerrico, con el modelo Iris.

La producción de Cōper se realiza 100% en Colombia, para luego viajar a Argentina, donde se comercializa en un local en Palermo, y también a España, donde Dolores se mudó en 2024. Allí las piezas pueden encontrarse en Madrid y en Sotogrande en una tienda de diseño llamada Balakata cuyo eje es la revalorización de los productos artesanales. Fue en ese espacio donde captaron la atención de El Corte Inglés, que realizó un pedido de ciertas piezas para su local de Serrano, en Madrid, que llegarán a las tiendas en febrero. “Es un orgullo enorme sentir que en apenas un año un referente de la industria de la moda puso los ojos en Cōper”, se emociona Dolores. Asimismo, vende online en www.copershop.com.

En plena producción del modelo Nina.

Dada la materialidad específica y exclusiva con la que trabaja, así como la labor artesanal en tiempo y esfuerzo, las piezas de Cōper tienen un precio un poco más elevado que una cartera o accesorio tradicional. Mientras los aros pueden rondar los US$50, las carteras van de los US$180 a los US$332. “Hoy la gente valora muchísimo el producto artesanal y está dispuesta a pagar un poco más por algo que sea único, que no sea uno más en una partida de miles de unidades”, destaca la fundadora.

Después de un primer año muy auspicioso, el 2025 también se anticipa pujante. Además del lanzamiento de las ruanas, Dolores busca generar más novedades en la materialidad de las carteras, así como nuevos collares y accesorios. Tiene en la mira lanzar una línea para la casa, porque considera que este material y diseño también puede aplicarse a elementos como individuales o servilleteros. “Y me gustaría incorporar productos de distintas regiones de Latinoamérica, no solo de Colombia, para seguir dando visibilidad y valor al trabajo artesanal”. Al mismo tiempo, sueña con expandir la marca al mercado norteamericano, al que ve con mucho potencial para valorar piezas únicas y artesanales.

Cōper ofrece carteras chicas, medianas y grandes en los más diversos colores y tramas.

“Después de tantos años haciendo trabajos para otras marcas, encontré la propia y la creé en el marco de las mudanzas familiares. Por eso, es un proyecto que también es parte de la familia, como mi tercer hijo. Aquí encontré el mejor balance profesional y personal”, sintetiza Dolores.

www.copershop.com / Silvio L. Ruggeri 2761, Palermo, Buenos Aires / Juan Bravo 22, Madrid, España / Rivera del Marlin 38, Sotogrande, España / Instagram: @thecopershop.

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