Calu Rivero celebró sus 38 años en un entorno íntimo en Punta del Este, el lugar que eligió como refugio familiar lejos del bullicio porteño. La actriz, que comparte su vida con Aíto de la Rúa, optó por un festejo simple, rodeada de sus hijos, Tao y Bee, y otros miembros de su familia.
El ambiente de la celebración reflejaba ese espíritu sereno y familiar. Unos globos rojos decoraban el espacio, aportando un aire festivo sin excesos. La torta, las velas y los abrazos no faltaron. La actriz sopló las velas entre risas, cargando a uno de sus hijos en brazos.
En su posteo, Rivero compartió un mensaje breve pero significativo: “Había algo dentro mío que susurraba, aunque estés cansada, celebra. Celebra la existencia. Y así fue. Gracias”. Sus palabras resonaron entre sus seguidores, que no tardaron en llenar de cariño y buenos deseos la publicación.
Entre las imágenes más comentadas, destaca una selfie tomada frente a un ventanal. Allí se la ve con un sombrero de cumpleaños en punta y un abrigo largo rosado. En el reflejo del vidrio aparece uno de sus hijos, completando un retrato íntimo y tierno.
LAS EXIGENCIAS DE CALU RIVERO PARA ENCONTRAR UNA NIÑERA
Calu Rivero lanzó una particular búsqueda para encontrar niñera, generando sorpresa por la cantidad y el tono de sus exigencias. Publicó un mensaje en redes sociales preguntándose si el oficio sigue existiendo y si acaso se ha vuelto una rareza. Luego explicó lo que espera de la persona ideal: que acompañe a su familia en su estilo de vida nómade, que pueda adaptarse a viajes constantes y cambios de rutina. Busca a alguien que «vibre con eso», es decir, que tenga la energía suficiente para improvisar, organizar sobre la marcha y mantener todo en armonía.
Pero las condiciones no terminan ahí. La actriz pidió a las interesadas responder con una serie de datos personales como nombre, edad, estado civil y lugar de residencia, además de cuestiones más abstractas como “¿Cuál es tu magia?” o “¿Cuál es tu superpoder y tu kriptonita?”. También quiere saber si les gusta el campo (“porque hay más verde que wifi”), si saben cocinar, manejar y si tienen afinidad con el orden y la limpieza, aunque sin llegar a la obsesión.