Una oficina poco codiciada
Esta semana se agregó un nuevo capítulo a la novela de discordia entre Javier Milei y Victoria Villarruel. Los actos divididos por el aniversario de la Guerra de Malvinas y la derrota del Gobierno en el Senado -que no aprobó sus elegidos para la Corte Suprema-, revivieron la tensión entre ambos y no faltó oportunidad para que el oficialismo culpara a la presidenta de la Cámara alta por la fallida sesión.
En este marco, una cuenta atribuida al asesor Santiago Caputo acusó a Villarruel de operar el debate en el recinto, que tuvo lugar el pasado jueves. “¿Qué hace la Vicepresidente de la Nación en ejercicio de la Presidencia de la Nación en su despacho del Senado operando la sesión de hoy? Casi seguro que es un delito eso», amenazó el usuario @MileiEmperador.
A pesar de que no está confirmado que las publicaciones corran por cuenta del hombre de confianza del Presidente, la titular del Senado eligió levantar el guante y respondió en su cuenta de X desligándose de lo que sucediera en el Congreso. Pero más allá de eso, la permanencia de Villarruel en su despacho bien podría explicarse por su vínculo con el tándem Milei.
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Ante las operaciones de la casta y la vieja política, no está de más aclarar que dado el viaje del Presidente Milei a USA, me encuentro en ejercicio de la Presidencia. Por lo cual, la sesión del Senado donde se tratarán los pliegos de los 2 jueces de la Corte ingresados hace más…
— Victoria Villarruel (@VickyVillarruel) April 3, 2025
Después de las elecciones que llevaron a La Libertad Avanza al Gobierno, la secretaria de Presidencia Karina Milei le ofreció a la vice unas oficinas en el primer piso de Balcarce 50. Las mismas eran contiguas a la Sala de Prensa, un sector que no es del agrado de ningún político debido el alto tránsito de periodistas acreditados al asecho de declaraciones. Además, los despachos no contaban con ventilación al exterior. El gesto hizo entender a Villarruel que no era bienvenida en el lugar.
Pero este no sería el único vínculo tirante en el oficialismo. El plantazo de Donald Trump a Javier Milei en el marco del último viaje que el argentino hizo a Estados Unidos, hizo que apuntaran todos los cañones hacia el canciller Gerardo Werthein.
En Casa Rosada reconocieron ante este medio el malestar que hay con el funcionario, que estaba a cargo de conseguir la foto entre ambos presidentes. “No sabemos con quién habló”, señalaban en los pasillos de Balcarce 50, poniendo en dudas las gestiones del canciller para conseguir la ansiada imagen. Hubo, en reemplazo, una galería de selfies del Presidente junto a los invitados, como único envío oficial del Gobierno. La excusa que enarboló la Casa Rosada, y que intentó que replicaran todos los medios, fue la de una falla técnica en el helicóptero de Trump. El viejo y querido «no me arrancó el auto» que tantos vecinos bonaerenses y de otras provincias habrán utilizado para justificar alguna ausencia a una reunión familiar. En fin.
Para aumentar la bronca al interior de la gestión libertaria, Trump agendó una reunión con su par de El Salvador, Nayib Bukele, el próximo 14 de abril. Mientras tanto, Werthein camina en la cuerda floja de los libertarios y se enfrenta a una semana intensa, en la cual además de dar explicaciones, deberá ser el anfitrión de la reunión de cancilleres del Mercosur, que tendrá lugar este viernes.
Malvinas, «Villarreal» y la nieve austral
«Esperábamos que estuviera todo más picante». La visita de Victoria Villarruel a Ushuaia para participar del acto por el 2 de Abril agitó las aguas en la política fueguina. Ocurre que tanto la provincia como los tres municipios que componen la Isla Grande son administrados por distintas tribus de Unión por la Patria (UP), todas de marcado perfil opositor a la gestión libertaria.
Por eso, la decisión de la vicepresidenta generó nerviosismo en el gobierno local, temeroso de una eventual represalia de Javier Milei, cada vez más alejado de su compañera de fórmula. Sin embargo, de momento, nada de eso ocurrió. Con Milei enfocado en las condecoraciones en el norte, la jornada austral tuvo la institucionalidad que faltó en la visita que el «León» realizó a la provincia en abril del año pasado, con motivo de la llegada de la generala del Comando Sur de los EEUU, Laura Richardson.
Voces fueguinas comentaron que a la vice se la vio muy cercana a los veteranos de Guerra de Malvinas. En la previa, incluso, bromearon sobre el tratamiento que la administración local le dispensaría: «Mejor que en la Casa Rosada, seguro». La titular del Senado tuvo a cargo el discurso de cierre y se enfocó en la defensa y la seguridad, dos temas que anhelaba manejar en el Gobierno y que debió ceder a los conversos Patricia Bullrich y Luis Petri para salvaguardar la alianza con el extinto Juntos por el Cambio.
Entre citas al Papa Francisco, reivindicaciones a las Fuerzas Armadas y loas a los combatientes, Villarruel evitó el barro de la política vernácula, incluso cuando el propio Milei había dejado la pelota picando frente al arco apenas horas antes, con sus dichos sobre los isleños. Por el contrario, las palabras del primer mandatario no pasaron desapercibidas para el Presidente del Centro de exCombatientes de Ushuaia, Juan Carlos Parodi, quien adujo que, por tratarse de una población implantada, no corresponde aplicar el principio de autodeterminación de los pueblos con los «malvinenses».
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Más punzante fue Parodi cuando se metió de lleno en la salud del binomio presidencial: «El año pasado nos ilusionamos con un estilo distinto, pero en poco tiempo se convirtió en un conventillo. Todos los presidentes, desde Alfonsín hasta la fecha, se pelearon con sus vices. Esta fórmula que parecía sólida, con objetivos claros, al poco tiempo se resquebrajó».
Melella, cauto, dio un breve discurso que no por corto se privó del color. «Buenos días a todas, a todos. Señora vicepresidenta, Victoria Villarreal…Villarruel, perdón. Ahora van a decir que es a propósito. Es el frío», se atajó el profesor salesiano bajo el azote de la nieve austral. Posteriormente, el mandatario y la funcionaria mantuvieron una reunión en la Casa de Gobierno, donde, por lo visto en la previa, marcaron diferencias respecto a la construcción de una base naval integrada en la provincia: con EEUU o sin EEUU, esa es la cuestión.
Menos suerte que el jefe provincial tuvieron los libertarios locales, quienes dijeron enterarse de la ilustre visita a través de las redes sociales.
Finalizado el raid oficial cada cual volvió a lo suyo. Melella intenta mantener el equilibrio con sus aliados del PJ de cara a octubre, cuando buscará, con pronóstico reservado, tener mayor representación propia en el Congreso nacional, una tarea difícil teniendo en cuenta la estructura modesta de FORJA, su espacio político. Su reforma constitucional está freezada en la Justicia y el futuro de la iniciativa es una incógnita.
El peronismo, en tanto, se anota para la sucesión con sus tres intendentes a la cabeza, mientras puja por dejar atrás rencillas propias. «Acá, por más que seamos una provincia, juntando las tres ciudades somos un pueblo y tenemos internas de pueblo», graficó un dirigente sureño. Un día después, el Concejo Deliberante de Ushuaia declaró persona no grata nada más y nada menos que al Presidente. Lo que se dice una semana tranquila.
Tal vez fue la propia Villarruel quien debió enfrentar los quehaceres menos agradables a su regreso. En primer lugar, ocupar el sillón de Rivadavia, vacante por el viaje de Milei a EEUU. En segundo, ser blanco del fuego amigo de la Casa Rosada por el doble revés a los pliegos de Manuel García – Mansilla y Ariel Lijo en el Senado, en una sesión comandada por el legislador puntano Bartolomé Abdala. Así no dan ganas de volver, habrá pensado la vice.
Sesiones polémicas
En cuanto a ese último punto, el Senado volteó por primera vez (al menos desde la vuelta de la democracia) los pliegos de jueces para ocupar una silla en la Corte Suprema de la Nación. Pero, para mayor desgracia del Gobierno, no rechazó uno solo, sino los dos pliegos impulsados por el presidente Javier Milei.
Más allá de lo histórico, la jornada dejó algunas perlitas. Entre ellas, el intento fallido del jefe de bloque de La Libertad Avanza, el jujeño Ezequiel Atauche, de frenar la sesión, cuando faltaban apenas dos horas para su arranque. Se apersonó en la reunión de Labor Parlamentaria y les propuso a sus pares de otro bloques frenarla vía decreto. Los jefes de los otros bloques rechazaron de plano la propuesta.
Ezequiel Atauche Senador de la Nación de Argentina
El jujeño libertario Atauche llevó a los otros jefes de bloque la propuesta de suspender la sesión, pero lo tomaron para la chacota.
Mariano Fuchila
Ante el planteo, la kirchnerista Juliana Di Tullio, filosa como siempre, intentó llevarle calma al jujeño. Le aseguró (en tono de broma) que Santiago Caputo se anoticiaría de que hizo bien su trabajo al acercarles esa propuesta. Pero que no la aceptarían. El formoseño José Mayans se sumó y, también en tono de broma, le sugirió a Atauche que recuerde que, cuando una mujer le diga que «no», era «no».
En paralelo, en la UCR se enojaron porque los medios habían titulado que ellos no habían dado quórum (salvo Martín Lousteau y Pablo Blanco). Es que la sesión empezó minutos después de la hora convocada y no al filo de la media hora, como suele ocurrir. Al parecer, los radicales querían hacer explícito su acompañamiento al rechazo de los pliegos. Pero se le adelantaron los macristas, se sentaron en sus bancas, el tablero marcó «hay quórum» y la sesión se puso en marcha. Sin los radicales. No obstante, varios senadores aseguraron que estaban bajando las escaleras tras una reunión de bloque cuando se registraron las 38 presencias.
Guadalupe Tagliaferri Senadora Nacional de Argentina
Guadalupe Tagliaferri y Luis Juez, del PRO. Los amarillos se adelantaron y dejaron en off side a los radicales.
Mariano Fuchila
Por último, ningún libertario defendió durante la sesión los pliegos de Lijo y García-Mansilla. El único orador oficialista fue Juan Carlos Pagotto, quien pronunció el discurso de cierre un tanto escurridizo, en el que habló de lo mal que funciona la justicia argentina y demás cuestiones genéricas. Una curiosidad: hubo opositores más efusivos a favor de los candidatos a la Corte que el propio riojano durante su discurso.
Minutos después, se produjo la votación. Pagotto se abstuvo de votar el pliego de Lijo. «Eso explicó lo vago de su discurso», lograba entender luego un senador de los denominados dialoguistas. Al ser consultado sobre el motivo de su abstención, La respuesta de Pagotto fe: «No voy a hacer comentarios». Se subió a un ascensor y se fue.
Pero las tensiones parlamentarias no se dieron solo en el Congreso de la Nación. La Legislatura bonaerense también fue un polvorín que retrató la interna inexplicable del peronismo. Nadie sabe si se estarán reproduciendo o qué, pero lo cierto es que el calendario electoral sigue en un limbo. Es que el jueves se debía tratar la suspensión de las PASO, proyecto que finalmente no prosperó en medio de los tironeos entre el kirchnerismo, el massismo y Axel Kicillof por la fecha concurrente o desdoblada de los comicios locales.
Lo cierto es que mientras la Cámara de Diputados bonaerense salía del cuarto intermedio y retomaba la maratónica sesión, a pocas cuadras de allí, en el Teatro Argentino de La Plata, se desarrollaba un acto encabezado por Kicillof. El dato: más de un legislador —oficialistas y opositores por igual— siguió el discurso del gobernador desde su banca… pero por celular.
Desde el escenario, el mandatario explicó los motivos por los cuales cree que es conveniente desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, pidió “autocrítica” al peronismo, pero también dejó un claro mensaje: no hay futuro posible sin unidad. Más de uno, con el celular en mano y el oído en el recinto, levantó la ceja. “Nos está hablando a todos, che”, murmuró un diputado con tono de resignación.
La interna sigue caliente, e incluso el domingo por la noche circularon las versiones de una reunión entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner, pero rápidamente fue negada por ambos cuarteles. «Lo hicieron circular algunos sectores cercanos a La Cámpora para después poder culpar a Axel del fracaso», decían en La Plata, donde aseguran que el tema de las elecciones en la Provincia Cristina lo delegó en su Máximo. «Exclusivamente», señalaban.
Una cena con candidatos y el pedido de institucionalidad
El gran quincho semanal fue la cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), fundamentalmente por la presencia de empresarios y dirigentes de prácticamente todos los espacios políticos, a esa cumbre del think tank de la vida política y económica del país.
Hubo más de mil invitados en el Centro de Convenciones Buenos Aires, en momentos en que estaba fresco el cierre de listas del fin de semana previo para las elecciones porteñas del 18 de mayo. Desde el espacio valoraron la estabilidad económica que generó la gestión de Javier Milei, pero le reclamaron más institucionalidad y una estrategia productiva. “Si se arma todo por decreto, después va a ser más fácil desarmar todo por decreto”, dijo la directora de CIPPEC, Gala Díaz Langou, anticipando lo que sucedería el jueves, días más tarde en el Senado.
Asistieron del Gobierno nacional los secretarios de la Nación Daniel González (Coordinación de Energía y Minería), María Ibarzabal Murphy (Planeamiento Estratégico Normativo), Juan Bautista Ordóñez (Niñez, Adolescencia y Familia), María Tettamanti (Energía), Carlos Torrendell (Educación) y José Luis Vila (Asuntos Estratégicos). También, los subsecretarios Sebastián Parejas (Integración Socio-urbana) y Alejandro Cacace (Reformas estructurales), Héctor Huici (Simplificación y Desregulación), entre otros. Al mismo tiempo, había una nutrida concurrencia del gobierno de Jorge Macri, en momentos de tensión con Nación, como la vicejefa Clara Muzzio y los ministros Gabino Tapia (Justicia) o Fernán Quirós (Salud).
Concurrieron, además, los diputados nacionales Daniel Arroyo, Maximiliano Ferraro, Silvana Ginocchio, Nicolás Massot, Cristian Ritondo, Victoria Tolosa Paz y María Eugenia Vidal. También, los senadores nacionales Maximiliano Abad, Silvina García Larraburu, Carolina Losada y Sonia Rojas Decut.
Los candidatos a legisladores por CABA Ramiro Marra, Silvia Lospenatto, Ramiro Marra, Juan Manuel Abal Medina, y el DT Ricardo Caruso Lombardi también dijeron presente.
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Oscar Zago fue con Caruso Lombardi, su candidato (y DT) para la elección porteña.
Gobernadores y vicegobernadores se sumaron al igual que Marco Lavagna, Jorge Telerman, Martín Redrado, Carlos Melconian, Hernán Lacunza, León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Graciela Camaño, Ofelia Fernández, José Octavio Bordón. Fue importante la delegación diplomática, con embajadores de Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Brasil, Canadá, España y de otras decena de países.
Los corrillos giraron en torno a la campaña porteña, donde ya se palpita el duelo entre el PRO y LLA, con lo que entendieron los amarillos como una guerra sucia, principalmente porque momentos antes se había conocido la foto de Manuel Adorni con la motosierra en Uspallata. «En tal caso, tendrían que haber ido a la Legislatura, porque es una elección legislativa», decían dirigentes del PRO en la cena. «Estuvo divertido, el Gobierno de la Ciudad es un ministerio de ñoquis», decía jocoso un dirigente de LLA que había participado de la movida.
Como fuera, entre los libertarios había enojo por los dardos de Mauricio Macri a Karina Milei. «No entendió nada», decían en las mesas violetas. «Claramente nos estamos poniendo de acuerdo con la gente que tiene ideas, como Ritondo (al decirlo, el interlocutor miraba a lo lejos al diputado, que comía sin parar) o Santilli. Si no compartimos agenda, no nos vamos a poner nunca de acuerdo», intentaba moderarse un LLA pura cepa.
De todos modos, también se dejó traslucir una interna libertaria, por la ausencia de nombres de Santiago Caputo en las listas. «A los muchachos de las Fuerzas del Cielo no le interesan los cargos», mencionaba al pasar un dirigente que reporta al asesor estrella.
Diálogos con Conan:
– Padre, ¿para qué se fue otra vez a Estados Unidos?
– Conan, tenía que recibir un premio muy importante, de los máximos galardones universales.
– Vamos, Padre. Ya está grande, no se puede creer eso. Fue hasta allá para recibir un premio intrascendente. Lo que usted quería, Padre, era la foto con Donald, admítalo.
– Me lo dijeron mis asesores, Conan. Que el premio es casi como un Nobel. Y la foto, no te lo voy a negar, hubiese venido bien, pero justo le falló el helicóptero. Una lástima.
– Padre, no quiero pincharle todos los globos, pero esa excusa es más vieja que el «me quedé dormido» y el dolor de panza. Está bien, con el auto, no con el helicóptero.
– Conan, Donald quería esa foto más que yo. Y los globos se le pincharon a Mauricio, que ya no pone más globos en los actos.
– Esté alerta, Padre. Porque Donald lo va a terminar liquidando con los aranceles y el lío que se está armando en las bolsas. Y cuando no le sirva… ¡zas! le corta la cabeza.
– Conan, nos puso un arancel más bajo que al resto del mundo. Eso es un logro mío, por ser un amigo fiel. Aunque nadie me lo reconozca y yo mismo tenga que armar una story en Instagram.
– Padre, le puso los mismos aranceles que a los comunistas de al lado, que a todos los que lo viven criticando.
– No puede ser cierto, Conan. A mí los asesores me dijeron que nos dieron un trato preferencial. Debés estar equivocado.
– No, Padre, revise, es lo mismo. Igual no importa. No puede hacer semejante viaje para sacarse una foto y al final no se la saca. Es un papelón.
– No pasa nada, Conan. Es lindo Florida, y nunca está de más comprar en el free shop al dólar oficial.
– Eso es cierto, Padre. Un perfumito, unos chocolates. Hay que aprovechar ahora que está todo barato.
– También me compré una cámara de fotos, Conan. Y un helicóptero a control remoto. Una ganga.
– No se lo diga a nadie, Padre, hágame caso.