La Bombonera explotó: la Comisión fue cuestionada por primera vez
La actuación del equipo fue decepcionante y pudo vencer a Lanús en la definición por penales, luego de igualar sin goles. Las disputas entre los plateistas y la hinchada.
La herida todavía permanecía latente. La derrota en el Superclásico, con el posterior despido del técnico Fernando Gago, eran sucesos que estaban presentes en el ambiente de la Bombonera, que volvía a recibir al equipo luego de tres semanas.
El apoyo fue total desde el inicio, con la intención de ignorar toda la situaciones anteriores. El equipo, además, inició el partido ante Lanús con una gran predisposición para ir en busca del desequilibrio. La primera aproximación llegó a los dos minutos, cuando Merentiel intentó convertir tocando la pelota con suavidad, pero terminó saliendo al lado del palo.
Lo que fue ocurriendo después fue muy diferente. Boca se alejó del arco de Lanús, y se le hacía muy complicado construir acciones de riesgo para estar cerca de convertir. El rival, además, comenzó a controlar la pelota en el medio, y si bien no tenía profundidad en ofensiva, al menos no corría peligro en su área.
El partido tenía un nivel técnico muy bajo, de parte de los dos equipos, y el público local se empezó a impacientar con los jugadores. Los cantos de exhibir mayor carácter aparecieron de inmediato desde el sector de plateas, mientras que desde la tribuna general seguían alentando a los protagonistas.
El juego no se modificó en el segundo tiempo: Boca intentaba avanzar aunque sin ideas claras, y como Lanús tampoco evidenciaba reacción, el espectáculo no tenía ningún atractivo. Los gritos de exigencia empezaron a salir también desde las populares, y todo el estadio empezó a mostrar su descontento con lo que estaba observando.
La situación de desconcierto le permitió a Eduardo Salvio aparecer por la derecha, y con un remate cruzado estuvo cerca de poner en ventaja al visitante. El entrenador Herrón probó con la variante de hacer ingresar a Milton Giménez por Velasco, para que Palacios se retrase unos metros y tome la función de enlace. La opción no funcionó.
Ramiro Carrera apareció por el segundo palo, luego de una acción detenida, y la pelota salió apenas desviada después de su golpe de cabeza. El hartazgo fue muy grande y directamente se escucharon insultos hacia el plantel. Los minutos pasaban y la apatía que partía desde el campo de juego era enorme.
Los minutos pasaban y todo parecía desembocar en los penales. Belmonte remató desde afuera del área y Losada tuvo que aparecer para rechazar la pelota, pero Lanús volvió a estar cerca tres veces en la misma jugada. El festejo terminó siendo para Boca, en medio de peleas entre los hinchas.
[email protected]