En medio de la creciente tensión por los arrestos masivos de migrantes en el sur de California y las amenazas del presidente Donald Trump de recortar fondos federales a esta jurisdicción, el gobernador Gavin Newsom puso en agenda una discusión que involucra el balance fiscal entre el gobierno federal y el Estado Dorado, que según revelan los datos, envía miles de millones más de lo que recibe de la administración central.
En 2022, California pagó 692 mil millones de dólares en impuestos federales —un 14% de la recaudación total de US$4,9 billones del gobierno federal, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso—. Sin embargo, según el Centro de Presupuesto y Política de California, la entidad del oeste solo recibió US$609 mil millones en fondos federales.
Esto dejó un déficit de US$83.000 millones, tal como consignó CBS News. Sin contar los fondos de ayuda por Covid-19, la cifra alcanza los US$126 mil millones, casi el triple que el segundo estado con mayor déficit (Nueva Jersey).
En función de estos datos, y en respuesta a las nuevas amenazas de recorte de fondos de Trump, el gobernador Newsom respondió en su cuenta de X (antes Twitter): “Pagamos más de US$80.000 millones más en impuestos de lo que recuperamos. Tal vez sea hora de cortar eso”.
Según Los Angeles Times, varios factores clave explican esta brecha:
“La administración federal ha tratado de retratar esto como una calle de sentido único, que proporciona todos estos dólares a California y de alguna manera California no los merece en comparación con los otros 49 estados”, señaló al citado medio H.D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas de California.
California lidera el ranking como el mayor contribuyente neto al gobierno federal, seguido por Nueva Jersey (que muestra un déficit de US$28.900 millones), Massachusetts (con un saldo negativo de US$27.000 millones), Washington (con un rojo de US$17.800 millones) y Nueva York (con un déficit de US$7100 millones).
En el otro extremo de la lista, otros reciben más fondos de los que aportan, como Virginia o Maryland, por su alta concentración de empleados federales y contratistas de defensa, y las entidades del sureste, por sus mayores tasas de pobreza y mayor dependencia de programas como Medicaid y SNAP. Entre los principales beneficiarios están:
Trump no detalló qué fondos federales planea cortar, pero algunos programas clave en riesgo incluyen: