River se prepara para su debut en el Mundial de Clubes ante Urawa Red Diamonds, pero en paralelo sigue de cerca lo que ocurre en Los Ángeles, donde debe enfrentar a Monterrey en el segundo partido del torneo. Es que el creciente conflicto social en la ciudad californiana puso en alerta a FIFA, que analiza adelantar el horario del encuentro para garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Originalmente, el duelo entre el Millonario y los Rayados estaba pautado para las 18 (hora local), es decir, las 22 en Argentina. Sin embargo, en los últimos días las autoridades locales implementaron un toque de queda entre las 20 y las 6, lo que podría obligar a correr el inicio del partido. La alternativa que se baraja es adelantarlo a las 15 en Los Ángeles, es decir, a las 19 en Argentina.
Si bien el estadio se encuentra fuera del foco principal de los disturbios, desde FIFA consideran necesario que el encuentro se dispute con luz natural, y que finalice antes del horario límite impuesto por la ciudad. Además, buscan evitar demoras en los controles de documentación e identificación de no residentes, en un clima social cada vez más tenso.
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La situación en Los Ángeles no solo afecta al Mundial de Clubes, sino también a la Copa de Oro de la Concacaf, que comenzará este sábado con el partido entre México y República Dominicana, también en la ciudad. Desde la organización aseguraron que mantienen “un diálogo cercano y continuo con las autoridades locales, sedes y equipos participantes” para evaluar la evolución del conflicto.
Las protestas comenzaron el pasado viernes en respuesta a la política migratoria del presidente Donald Trump, que dispuso deportaciones masivas y reforzó la presencia de ICE, el organismo de Control de Inmigración y Aduanas. Desde entonces, más de 400 personas fueron detenidas, incluyendo a 330 inmigrantes ilegales y a 157 manifestantes acusados de agredir a efectivos de seguridad.
Ante la escalada del conflicto, el Gobierno movilizó a 4.000 oficiales de la Guardia Nacional y a 700 Marines para reforzar la seguridad en el área metropolitana. Aun así, la tensión persiste y amenaza con alterar por completo la programación del Mundial de Clubes en una de sus sedes clave.
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