La provincia de Río Negro avanza con una nueva etapa de exploración temprana de uranio en el noroeste del territorio, específicamente en el área petrolera conocida como Tres Nidos, cercana a la localidad de Catriel. Se trata de un proyecto impulsado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que dio origen a una manifestación de descubrimiento denominada “Mari” y a un cateo denominado “Eugenio II”, ambos bajo jurisdicción nacional.
Según informó la Secretaría de Minería provincial, los estudios de superficie comenzaron a realizarse luego de un proceso de análisis técnico que incluyó registros geológicos y sísmicos recopilados en campañas anteriores, tanto en la Cuenca Neuquina como en la región norte de Río Negro. La iniciativa, bautizada como Proyecto Catriel, forma parte de un conjunto de 54 proyectos vinculados a minerales metalíferos y energéticos actualmente en revisión o con alguna instancia de tramitación.
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En esta primera etapa, las actividades se concentran en tareas de prospección, identificación de puntos de interés y reuniones informativas con superficiarios de la zona. Desde el gobierno provincial indicaron que se prevé realizar ocho perforaciones testigo en 2025, con un alcance estimado de 1.500 metros. Esta campaña buscará determinar la viabilidad técnica del recurso para proyectar futuras inversiones.
Desde la cartera minera destacaron que se trabaja con un enfoque de “buenas prácticas”, que incluye mecanismos de consulta temprana con los actores locales. En ese sentido, el área de Relaciones Institucionales y Comunitarias de la Secretaría ya mantuvo encuentros con titulares de tierras dentro del área de influencia. “La comunicación temprana y el cumplimiento de los estándares normativos y ambientales son parte central del enfoque de esta gestión minera”, indicaron en un comunicado oficial.
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Avances en el proyecto Ivana, en la Meseta de Somuncurá
El Proyecto Catriel se suma al desarrollo del proyecto Ivana, localizado al sur de la provincia, en el sector oriental de la Meseta de Somuncurá, dentro del denominado distrito Amarillo Grande. Esta iniciativa es impulsada por la compañía canadiense Blue Sky Uranium, y según los informes publicados por la empresa y citados por medios especializados como EconoJournal, se trata de uno de los depósitos de uranio más prometedores del país en términos de volumen e infraestructura potencial.
El recurso fue evaluado en base a una combinación de uranio y vanadio, con concentraciones identificadas en material superficial y de baja profundidad. Según la última evaluación técnica, Ivana cuenta con recursos inferidos de 22,7 millones de libras de óxido de uranio (U₃O₈) y 11,5 millones de libras de óxido de vanadio (V₂O₅). La empresa estima que el proyecto podría avanzar hacia una etapa de factibilidad una vez finalizada la actualización de los estudios ambientales y económicos.
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En 2023, Blue Sky Uranium obtuvo la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para la siguiente fase de exploración avanzada, que incluiría perforaciones adicionales, muestreo geoquímico y ensayos metalúrgicos. De concretarse la inversión proyectada, se trataría del primer desarrollo minero de uranio de tipo near-surface en la región patagónica.
Contexto nacional
Argentina cuenta con tres plantas nucleares en operación y una cuarta en construcción, lo que convierte al uranio en un insumo estratégico para la seguridad energética. Sin embargo, desde 1997 no se produce uranio en el país. La reactivación de exploraciones, tanto en Río Negro como en otras provincias, se enmarca en una estrategia de mediano plazo para recuperar capacidad productiva local.
La exploración en Catriel representa una instancia temprana, sin implicancias inmediatas en términos de producción, pero forma parte de un esquema de diversificación de la matriz extractiva provincial. La continuidad del proyecto Ivana y los nuevos estudios en el norte rionegrino posicionan a la provincia como uno de los pocos territorios con más de una iniciativa concreta en materia de uranio en desarrollo.