Mercosur. Cumbre de paso de mando y tensiones superestructurales

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En el día de ayer, en el palacio San Martín, Javier Milei recibió a sus pares del Mercosur para entregar la presidencia pro témpore a Lula Da Silva. En un discurso inaugural cargado de su habitual narrativa el presidente de la Argentina expresó un ultimátum al bloque económico: “Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos“.

Las discrepancias entre Lula y Milei son obvias, el presidente brasilero intenta fortalecer la importancia de Brasil como imperialismo regional, al servicio de los intereses de la gran burguesía brasilera, en el marco de su alianza estratégica con China en varios ejes económicos. Mientras que el libertario plantea un fortalecimiento de la libertad de comercio con Europa, Estados Unidos e Israel, debilitando cualquier impulso por crear un pequeño polo de fuerza en la región que atente contra sus objetivos.

Lula decidió generar la foto que muestre las diferencias de política burguesa entre los dos mandatarios al ir a San José 1111 a saludar y presentar su solidaridad personalmente a Cristina Fernandez de Kirchner, dejando de lado el almuerzo protocolar de la cumbre. Milei por su parte decidió celebrar el logro del acuerdo comercial con algunos países de Europa en la llamada alianza con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) y llamó a continuar el camino de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), algo que se viene buscando desde hace años, con pocos avances reales.

En su discurso el mandatario argentino expresó con claridad sus intenciones de hacer del Mercosur una ventana de venta: “Propusimos un esquema más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos. Debemos dejar de pensar el Mercosur como un escudo frente al mundo, y verlo como una lanza”. Traducida, significa reglar nuestras riquezas y bienes comunes, permitiendo el saqueo total.

¿Mercosur para qué?

El debate que recorre la cumbre es que hacer de este espacio de libre comercio que quedó betusto en este nuevo desorden mundial. Algunos sectores, como el presidente de Paraguay, llaman a la liberalización interna y el fortalecimiento de acuerdos. El presidente de Brasil va a intentar seguir usándolo como trampolín para fortalecer su lugar de economía dominante en la región y negociar acuerdos que le permitan posicionarse de otra manera ante Estado Unidos y Europa a la vez que fortalece la presencia del sector de los BRICs, del que es parte, en la región.

Es claro que en este marco de chispazos interburgueses por ver de qué lado de la disputa de la balanza comercial se quedan, poco hay para las mayorías trabajadoras que vienen sufriendo el ajuste de los distintos gobiernos.

Es que cada vez queda más claro que la lucha es de clases y no hay bando bueno dentro de los diferentes proyectos burgueses de la región. Se hace necesario construir fuertes organizaciones anticapitalistas y socialistas, que en el marco de países cada vez más dependientes económicamente, con deudas externas y avances de los imperialismos en disputa, creen un polo de países que se planten contra el extractivismo, el saqueo y la explotación es un horizonte a trazar hoy más que nunca.

Para eso es importante la construcción de herramientas políticas independientes de todos esto poderes regionales, que se impulsen mutuamente en la lucha por la toma del poder en cada uno de sus Estados, para que de una vez por toda la clase obrera y el pueblo gobiernen y decida el futuro de la región. Eso es lo que intentamos desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad. 

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