El moribundo bloque de unidad proclamó a Samuel Doria Medina como su candidato

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El falso bloque de unidad proclamó este miércoles a Samuel Doria Medina como su candidato presidencial. El acto tuvo lugar en la ciudad de La Paz, estuvieron presentes figuras como Vicente Cuéllar, Amparo Ballivián y Carlos Alarcón. La ausencia de Tuto Quiroga marcó el evento desde el inicio.

Carlos Mesa, uno de los fundadores del bloque, anunció horas antes su alejamiento definitivo. A través de un comunicado, dijo que se llegó a un punto muerto y que entendía que ya no tenía sentido seguir en el bloque. Aseguró haber hecho todo lo posible por lograr un acuerdo, pero acusó una falta de voluntad colectiva para ceder.

El bloque fue creado el 18 de diciembre con seis líderes: Mesa, Quiroga, Doria Medina y Camacho eran los rostros principales. Luego se sumaron Ballivián y Cuéllar, la idea de la facción era enfrentar unidos al MAS. Hoy, esa alianza parece una promesa incumplida.

Durante el acto de proclamación, Doria Medina evitó hablar de Quiroga, en los últimos días, ambos protagonizaron un cruce de declaraciones. La disputa giró en torno a una encuesta, Tuto Quiroga cuestionó su validez y adelantó que no aceptaría los resultados. Acusó a Doria de imponer condiciones de forma unilateral.

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Efraín Suárez, vocero de Creemos, defendió el proceso y aseguró que se actuó con compromiso. Dijo que el bloque sigue siendo una alternativa real, pero reconoció que no todos los integrantes estuvieron de acuerdo. Y que hubo límites en la voluntad de consenso para consolidar el proyecto.

Luis Fernando Camacho, desde la cárcel de Chonchocoro, respaldó la continuidad del bloque. Envió una carta ratificando su apoyo a la unidad y pidió a sus seguidores mantener la confianza. Recordó los 21 días de 2019 como ejemplo de resistencia e hizo un llamado a seguir firmes frente al régimen del MAS.

Sin embargo, otros actores políticos tienen otra visión, el exprecandidato Branko Marinkovic dijo que  el bloque ya no existe. Cuestionó la actitud de Doria Medina y afirmó que la proclamación fue una imposición. También, advirtió sobre la fragilidad del proceso ante el TSE por los cuestionamientos a su legalidad.

¿Los falsos opositores evidenciaron sus verdaderas intenciones?

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Desde Comunidad Ciudadana también hubo críticas, los legisladores como Jorge Komadina apuntaron al ego de los líderes. Acusaron de la fragmentación del bloque a intereses personales y dijeron que nadie quiso ceder. Concluyeron que así no hay forma de construir unidad.

Rodrigo Valdivia, de Súmate, compartió esa visión y dijo que desde el inicio era evidente que nadie se bajaría. Señaló que la unidad no puede nacer de la intransigencia y que ahora el resultado será el voto disperso. Algo que favorece directamente al MAS.

En el bloque aún hay figuras que intentan sostenerlo, Amparo Ballivián declaró que hay al menos veinte frentes comprometidos. Doria Medina también resaltó que siguen contando con el respaldo ciudadano. Pero el peso político real de esos apoyos está en duda, muchos son actores con presencia limitada.

Desde el oficialismo y sectores evistas, se celebró la ruptura, políticos como Nelson Virreira dijeron que la derecha nunca se unirá. Cuestionaron la falta de propuestas y organización, dijeron que solo los mueve el interés de poder. Y que no representan un verdadero proyecto nacional.

Tuto Quiroga no se pronunció tras la proclamación, pero su silencio fue más elocuente que cualquier palabra. Su distanciamiento evidencia que no avala al nuevo candidato y aún mantiene aspiraciones personales para continuar con su candidatura. Algunos representantes de su alianza indicaron que se presentará por separado.

El futuro del bloque parece incierto, aunque algunos insisten en que sigue vivo, las fracturas son profundas y bastante evidentes. Mientras el calendario electoral avanza la falsa oposición sucumbió ante esta guerra de egos.

Doria Medina dijo que está listo para la contienda y asegura que puede vencer al oficialismo. Pero lo hace con un bloque debilitado, sin Mesa, Tuto y con Camacho tras las rejas, la proclamación llega más como final que como inicio.

La caída del falso bloque de unidad fue ocasionado por el peso de los intereses mezquinos de sus propios integrantes. Cada aspirante prefirió asegurarse un lugar en la papeleta antes que ceder por el bien común. La obsesión por protagonismos personales terminó por dinamitar cualquier posibilidad real de alianza. 

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