Loan Danilo Peña desapareció el 13 de junio de 2024, tras un almuerzo familiar en la localidad de 9 de Julio, en Corrientes. A un año de haber sido visto por última vez, la Justicia avanzó, pero el niño sigue sin aparecer. El caso se convirtió en un entramado de silencios, pistas falsas y versiones que fueron mutando en una historia que hoy día tiene dos causas judiciales que esperan pronto la elevación a juicio.
Aquel día, el niño de 5 años -que el pasado 8 de mayo cumplió 6- se desvaneció luego de que un grupo de adultos que había ido a comer con él y con su padre a la casa de su abuela, Catalina Peña, salieran a caminar con Loan y otros chicos a juntar naranjas. Su nombre se convirtió en uno de los casos más enigmáticos del país en el último tiempo, donde ni los rastreos a campo abierto, la tecnología o los operativos internacionales pudieron dar con el paradero del menor.
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En un comienzo, según detalló la denuncia, comenzaron a buscar entre los familiares, pero horas después, se dio aviso a la Policía al no tener novedades. A pesar de los operativos de búsqueda, la desaparición de un pequeño trajo los recuerdos de otros casos, como el de Guadalupe Lucero en San Luis o el de Sofìa Herrera en Tierra del Fuego, que hicieron que todos salieran de sus casas para buscarlo.
Con el correr de los dìas fueron detenidas varias de las personas que estuvieron presentes en el almuerzo familiar: Antonio Benítez y Laudelina Peña, tíos del menor, Daniel “Fierrito” Ramírez (amigo del primero), su esposa Mónica Millapi, la exfuncionaria municipal Victoria Caillava y su exmarido Carlos Guido Pérez (capitán de navío retirado) y Walter Maciel, ex comsiario del lugar.
Pero el caso se complejizó aún más con la llegada de unos presuntos profesionales que se acercaron para «asesorar» a la familia y a algunos de los testigos, varios de ellos menores de edad, presentándose de parte de la Fundación Lucio Dupuy. Acusados de «manipularlos» con el fin de entorpecer la investigación, se imputó por «encubrimiento» al grupo del que destacó Nicolás “El Americano” Soria, ya que decía ser agente de la CIA y de Interpol.
De la desaparición a la hipótesis de trata
La casa de la abuela Catalina está ubicada en el paraje El Algarrobal. Luego de comer, los niños fueron llevados a un naranjal cercano, donde quedó al cuidado de Benítez, Ramírez y Millapi. Más allá de la búsqueda, uno de los datos que recalca el expediente es que sabiendo que iniciaría su franco al mediodía, retuvo el libro reglamentario de la comisaría para no dejar constancia del horario exacto de la desaparición. Incluso el padre del niño, José Peña, afirmó que les había dicho que «lo habían encontrado«.
Durante casi una semana se realizaron rastrillajes en más de 12 mil hectáreas con la hipótesis principal de que el chico se había perdido en la zona rural, por lo que se desplegó un amplio operativo de rescatistas, policías, bomberos de distintas zonas y hasta vecinos que se agruparon para ayudar.
Esa semana la Policía detuvo a Millapi, Ramírez y Benítez por el abandono del menor al sospechar que lo habían perdido de vista cuando fueron a juntar frutas. Pero el caso tuvo uno de sus primeros giros con la detención del matrimonio de Pérez y Caillava, acusados de presuntamente haber sustraído a Loan con fines de trata.
Los motivos del arresto de la exfuncionaria municipal y el exmarino se dieron después de que los perros hallaran rastros odoríferos del niño en dos de sus vehículos. Esa misma noche también cayó Maciel, a quien inicialmente se lo acusó por el delito de «encubrimiento».
Entonces, la causa se tornó en un caso federal, donde la trata de personas se convirtió en el foco principal, y se trasladó a ese fuero de la Justicia. Mientras la causa estaba en la Justicia provincial los fiscales Juan Carlos Castillo y Guillermo Barry estuvieron a cargo de la investigación, pero con lo sucedido esta pasó a manos de la jueza de Goya Cristina Pozzer Penzo, y los fiscales Mariano de Guzmán, María Alejandra Mángano y Marcelo Colombo.
En las primeras semanas pasaron varios abogados y uno de ellos fue Fernando Burlando, que estuvo muy cerca de los papás del nene e incluso grabó un video en el que pidió que “larguen a Loan” y ofreció su propia recompensa. Los padres del menor desde un comienzo sostuvieron que a su hijo se lo llevaron en aquel almuerzo, y también se sumó el letrado Juan Pablo Gallego.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se acercó para monitorear algunos operativos en la localidad correntina, al igual que otros funcionarios, pero todo lo que se realizó dio resultado negativo. En un momento, se llegó a pensar en la posibilidad de escanear los estómagos de los animales de la zona para constatar si no se lo había comido.
La declaración de Laudelina y la teoría del accidente
Más tarde, Laudelina, fue con su hija Macarena -que también había estado en el almuerzo- hasta el fuero provincial y dijo que su sobrino había fallecido tras ser atropellado por Pérez y Caillava en una parte de la zona rural, y que luego descartaron el cuerpo. Según su relato, la exfuncionaria municipal les entregó una zapatilla del chico y les pidió que, junto con el comisario Maciel, la planten en medio del lugar. Su versión estaba llena de incongruencias.
Ante esta situación, la mujer quedó detenida y se fue estableciendo una trama detrás de la desaparición del niño, aunque hoy en día no hay novedades de su paradero.
Otra incertidumbre que sobrevoló y sobrevuela el caso es que, si efectivamente Loan habría sido raptado, lo hubieran trasladado fuera de la provincia o del país. Primero se investigó la posibilidad de que supuestamente lo sacaran hacia Paraguay por fronteras ilegales, y después se difundió una foto en redes sociales donde se veía a un menor con características similares en un shopping de Barranquilla, Colombia.
También se hicieron operativos en Santa Cruz y Chubut, por la denuncia de un militar que dijo haberlo visto y que había escuchado a un niño decir “yo soy Loan”, pero esos procedimientos dieron resultados negativos.
Así desapareció Loan, según la Justicia
En abril de este año, los jueces de la Cámara Federal de Corrientes, Selva Spessot, Ramón Luis González y Mirta Sotelo, confirmaron los procesamientos de los siete sospechosos. En su fallo, reconocieron que en el procesamiento hubo “eventuales contradicciones” y descartaron que el menor haya sufrido un accidente; mientras que revocaron parcialmente el procesamiento del excomisario Maciel por «encubrimiento agravado» y lo consideraron partícipe necesario de la desaparición de Loan.
De acuerdo a la reconstrucción del caso, en el naranjal “se produjo un suceso que desencadenó en la sustracción del menor, el cual luego fue alejado del lugar y ocultado situación ésta que perdura al día de la fecha sospechándose que para ello se utilizó el vehículo Ford Ranger del matrimonio, en el cual se hallaron rastros odoríficos del menor”. En el expediente figura que, como excusa, Pérez y Caillava se había retirado del encuentro para ver un partido de fútbol en su casa, pero en realidad se trasladaron a un punto establecido previamente para llevarse al niño.
Se detalla además que, dicho delito, contó con la participación del exintegrante de la Policía, “quien valiéndose de su cargo montó un falso escenario de búsqueda, e impartió y ejecutó distintas medidas con la finalidad entorpecer e imposibilitar el hallazgo”.
El análisis integral del material probatorio reunido hasta el momento permite afirmar que Benítez, Laudelina, Ramírez, Millapi, Caillava, Pérez y Maciel “intervinieron de manera coordinada» para llevarse a Loan y ocultarlo posteriormente, por lo que están procesados por el delito de «sustracción de un menor de 10 años».
La denominada zona cero y sus adyacencias fueron rastrilladas decenas de veces y nunca se pudo indicar el posible camino por el que habría salido el nene. Otro punto que se destacó en el requerimiento de elevación a juicio es que en ningún momento nadie escuchó a Loan gritar, llorar o pedir ayuda. Además, ningún testigo colocó a alguien ajeno a la familia o sus allegados en el lugar.
La causa paralela por encubrimiento
Mientras tanto, hay otros diez procesados en una causa pararela. Según la jueza Pozzer Penzo, habrían entorpecido la investigación y manipularon a la familia del nene. Además, la magistrada entiende que instigaron a algunos testigos a dar testimonios falsos, todo dentro de una trama de presunto «encubrimiento».
Además del ya mencionado «Americano«, en este caso están procesados los abogados Alan Cañete y Elizabet Cutaia, con los que solía estar, y Verónica Machuca Yuni, Pablo Gabriel Núñez, Valeria López, Delfina Taborda, Leonardo Rubio -oficial primero de la Policía de la Ciudad–, Pablo Noguera y Esteban Colombo.
Se estima que pudieron haber utilizado identidades falsas para obtener fondos y ejecutado diversas maniobras para desviar la investigación, influyendo indebidamente sobre los testigos clave y simulando distintas actividades profesionales. También se cree que se hacían pasar por representantes de la ONG que lleva el nombre de Lucio Dupuy, el niño brutalmente asesinado en 2021 por su madre (Magdalena Espósito Valenti) y su novia (Abigail Páez).
La suposición en torno a estas personas comenzó cuando, al parecer, Soria trató de impedir que agentes de Prefectura ingresaran al hotel donde estaban alojados los testigos y obstaculizó el proceso de reconocimiento. Allí se cree que “entrenaban” a tres de los niños que estuvieron en el naranjal y también a Macarena Peña y a Camila Núñez, sobrina de Laudelina y José que también estuvo en el almuerzo.
Hace dos semanas la Justicia Federal de Goya dio por finalizada la etapa de investigación se activó el proceso para elevar a juicio el expediente principal, luego de que se rechazara que los procesados en una causa paralela sean enjuiciados en un debate distinto. De esta manera, quizás se desarrolle un «megajuicio» con los 17 acusados, aunque el paradero de Loan sigue siendo un misterio.
Se estima que el juicio oral podría comenzar a fines de este año o luego de la feria judicial de verano, en febrero de 2026.
FP