La primera semana de julio promete ser políticamente intensa en Buenos Aires por la condena a Cristina Kirchner. En el marco de la cumbre del Mercosur que se celebrará los días 2 y 3 de julio, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confirmó su visita a la Argentina.
Pero más allá de su participación en el encuentro regional, lo que ha generado mayor expectativa es su decisión de visitar personalmente a Cristina Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria tras la confirmación de su condena en la causa Vialidad.
La noticia fue confirmada por el diputado brasileño Paulo Pimenta, figura clave del Partido de los Trabajadores (PT) y uno de los dirigentes más cercanos a Lula. En diálogo con AM 750, Pimenta expresó: “Lula va a visitar a su amiga Cristina para transmitirle su cariño y solidaridad”, y agregó que la visita se enmarca en una red internacional de apoyo a la ex presidenta argentina.
Cristina Kirchner se encuentra bajo arresto domiciliario en su departamento del barrio porteño de Constitución, luego de que la Corte Suprema dejara firme su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por administración fraudulenta.
La visita de Lula, de concretarse, sería la primera de un jefe de Estado extranjero desde que se oficializó su situación judicial. Según Pimenta, ya se están gestionando los permisos correspondientes ante el tribunal que supervisa el cumplimiento de la pena.
El gesto de Lula no es menor. Ambos líderes comparten una historia de militancia política, afinidad ideológica y también experiencias similares de persecución judicial. Lula fue encarcelado en 2018 por el caso Lava Jato y pasó más de 500 días en prisión antes de que la Corte Suprema de Brasil anulara su condena.
Respaldo
Durante ese tiempo, recibió el respaldo de numerosos dirigentes internacionales, entre ellos la propia Cristina Kirchner. Ahora, el presidente brasileño busca devolver ese gesto con una visita que tiene un fuerte contenido simbólico y político.
La relación entre Lula y Cristina ha atravesado momentos de cercanía y distanciamiento, especialmente durante el gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, el contexto actual parece haber reactivado los lazos históricos entre ambos. Pimenta lo resumió así: “Tenemos una relación histórica. Un compromiso de lucha. Y entendemos que hay un proceso de persecución a Cristina”.
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